La cognición social (CS) puede definirse como un proceso neurobiológico (Butman, 2001), psicológico y social, por medio del cual se perciben, reconocen y evalúan los eventos sociales, para construir una representación del ambiente de interacción de los individuos (Adolphs, 2001), y posteriormente generar el comportamiento social, es decir, la respuesta más adecuada según la circunstancia particular. Se relaciona con la percepción social (estadio inicial que evalúa las intenciones de los demás a través de su conducta –dirección de la mirada y movimiento corporal–) y el estilo atribucional (cómo se explica la conducta de otras personas) (Pelphry, Adolphs & Morris, 2004).
Algunos autores precisan que este proceso es netamente biológico y que se presenta en diferentes especies (Butman, 2001; Butman, 2003). Sin embargo, cuando se define como un proceso cognoscitivo superior (Adolphs, 1999, en Butman & Allegri, 2001), pareciera más una competencia netamente humana, pues implica la representación mental de la situación social y la estructuración de diversas opciones de respuesta, de las cuales se elige la más adecuada para mantener la interacción en un ambiente constantemente cambiante, en el que las respuestas emitidas por otros son muy diversas.
La investigación actual sobre la cognición social a partir de las neurociencias es muy prolífica, si se tiene en cuenta que antes de la década de 1990 no había particular interés por profundizar en los componentes y procesos neurobiológicos relacionados (Lieberman, 2007) y se dejaba su estudio a ciencias como la psicología y la antropología, únicamente. La interacción entre estas ciencias permite una visión más amplia de los procesos humanos y enriquece su conocimiento tanto como mejora las posibilidades de prevención y control, que fomentan la calidad de vida de los individuos y las comunidades.
Alagunos procesos que hacen parte de la cognición social
La psicología social ha descrito cinco características de los procesos sociales que representan la gran influencia que existe entre los elementos neurobiológicos y el contexto social. Su estudio a profundidad, desde las neurociencias, permitirá conocer las redes neurales que subyacen a los mismos y así generar alternativas de intervención, en los casos en que sea necesario.
Estos principios se resumen de la siguiente forma: la influencia de la situación en la interpretación del contexto, las decisiones que se toman y el comportamiento generado; la falta de conciencia que se tiene sobre la influencia situacional y su relevancia en la toma de decisiones; la construcción de la percepción social y del sí mismo, que integra la estructura cerebral y su funcionamiento, con la representación de elementos contextuales; la falta de comprensión sobre la construcción de la percepciones sociales, ya que se asumen como copias exactas; y la construcción social de los procesos del sí mismo, es decir, el conocimiento de propio, a partir de lo que otros dicen. |